jueves, 22 de julio de 2010

Sobre el no tener, dejar de tener pero sobre todo, perder..


No tengo una familia, como para que vaya a visitar mi tumba y a llenarla de flores blancas una vez al año cuando muera.
En el mes de mi cumpleaños, nadie me llevará flores amarillas.
No tengo una mascota a la cual darle de comer y pasear por la tarde, el perro que me acompaña come cualquier cosa, y me es fiel solo porque soy lo único que tiene.
Ni una vecina anciana que extrañe cuando no pueda arreglarle el tinaco de su casa, las goteras o sus focos fundidos.
No tengo una planta en agua al centro de la mesa, ni un pedazo de pan en el cual embarrar mantequilla de la que venden en el mercado...
Solo tengo una caja con pasas, una botellita de alcohol etílico, dos cigarrillos aplastados en un abrigo polvoriento y una mochilla llena de chucherias que me encuentro por la calle, tengo periódicos de hace seis meses ahi, y corcholatas...
En fin... no tengo nada, tengo un nombre, pero no lo recuerdo
¿Eso que importa?...
Cuando vives en la calle, tu nombre es lo de menos, pues de todas maneras la gente te mira con repulsión y a veces con lástima, me tiran unas cuantas monedas y me hacen sentir vergüenza de mi mismo... aunque pensándolo bien, hace mucho que dejé de andar tirándo con furia las monedas en el rio, bajo el puente, con lágrimas de desesperación.
¿Cómo llegué a esta situación?
Déjame decirte, que yo no era muy diferente a ti..

1 comentario:

  1. aprovecho para devolverte el saludo y agradecer el comentario que dejaste hace algunos meses en mi blog. Saludos

    ResponderEliminar

Chopin

Chopin
Nocturne, Opus 27 #2