viernes, 30 de marzo de 2012

Sus Piernas


Me gusta besarle las piernas, comenzando con los tobillos
Donde tiene la piel tan delgada,
Mientras acaricio sus pantorrillas.
Entonces, subo y me dice que le da cosquillas,
Río, mientras le restrego la nariz.
Me gusta como huele su piel, se lo digo siempre,
Ríe, de esa manera tan dulce,

Yo vuelvo a hundir los dedos sobre su piel,
Sigo besando, hasta que se me hinchan los labios,
y se me va la lengua detrás de sus rodillas.

Suspira, me demoro.

Continúo con sus muslos, por el costado.
Aprieto, acaricio.
Siento como sus dedos se enredan en mi cabello,
y lo acarician con ternura... me demoro más.
Le susurro cosas que no sé si escucha, y froto mi mejilla entre sus muslos.
Le acaricio de nuevo, con las manos, con los labios y con la nariz,
quisiera que sus muslos fueran interminables.

Pasaría meses en ellos, me atrevería a decir que son el lugar casi perfecto.
Ya que sin duda, el lugar más perfecto lo tiene el hueco de su cuello.
Sí, quisiera que sus piernas nunca terminaran...
Pero lo mejor de ellas, es que antes, o después (según se vea)
Está su cadera, y esa sí... me mata.

Chopin

Chopin
Nocturne, Opus 27 #2